capitulo 3

       mi biografía

             capitulo 1

Era una fría mañana de abril y, como cada mañana, fui a mi granja a trabajar. Después de pasar allí el día trabajando volví a mi casa. Mi casa era una vivienda de dos pisos con una cuadra. Afuera, tenía una huerta en la que también trabajaba. Cuando entré a casa, saludé a mis seis hijos y a mi mujer.

Después de comer, ya por la tarde, me llamó mi mujer diciendo; ¡ya viene! y os preguntaréis, ¿quién viene?, pues mi séptima hija. Su nombre fue María Antonia que adoptaría el nombre de Uca. Ese día era 25 de abril de 1935.

Sus primeros meses de vida fueron tranquilos. Pasado su primer año de vida, en 1936 se declaró la Guerra Civil Española y empezaron los bombardeos.

Una mañana aparentemente tranquila mientras en casa estaba todo bien, se empezaron a oír los dos sonidos que ninguno quería oír. El primero era fuerte y potente, el peor que se podía escuchar, el de una bomba explotando y el segundo un fuerte estruendo de una gran colmena de aproximadamente veinte aviones cargados hasta los topes de furiosas bombas predispuestas a explotar y sembrar la muerte y el caos. Como un rayo, me abalancé sobre mis hijos y mi mujer para intentar escapar de aquellos aviones. El único inconveniente era nuestra hija. Uca, llorando por el sonido de las bombas era un problema. No nos quedaba tiempo para huir con Uca y llevarla a nuestro refugio, así que le pedimos a Dios protección y nos fuimos nosotros solos a protegernos.

Aquel lugar era una pequeña cueva situada entre la antigua iglesia del siglo dieciséis y nuestro pequeño pueblo. Tenía una entrada en un altillo que hacía la roca, protegido por un árbol. Estuvimos en aquella húmeda cueva, rezando para que no le ocurriera nada a nuestra hija. Después de un largo rato los aviones pasaron y pudimos salir.

Nos dirigimos hacia casa lo más rápidamente posible.

Por suerte nos encontramos a nuestra querida hija en el mismo sitio donde la habíamos dejado. Uca fue creciendo y creciendo con sus hermanos entre bombardeos, pero esta vez en el refugio.

Hola, yo me llamo María soy la madre de Uca y como mi marido, voy a contar mi versión de los hechos.

Corría el año 1935. Era una fría mañana de abril cuando despedí a mi marido y me quedé cuidando a mis 6 hijos, Estuve limpiando de arriba abajo y de abajo a arriba la casa casi toda la mañana. Después, mientras cocinaba, sentí como mi pequeña Uca me daba patadas en el vientre.

Después de comer, me senté y empecé a notar contracciones y di a luz una pequeña y sana bebé. Estuve amamantándola sus primeros meses de vida hasta que llegó ese fatídico día de 1936. Desde mi pequeña cocina, oí las hélices y las bombas de los aviones. Mi marido me cogió a mí y a mis hijos de la mano y nos preparó para ir a la pequeña finca de nuestro vecino a escondernos en la cueva. Nuestro único problema era nuestra hija menor Uca, que estaba llorando en su cuna por aquel fuerte sonido que escuchaba. La dejamos en el lugar más protegido de la casa, fuimos a la cueva con nuestros hijos y recé por la salud de nuestra hija.

 Después de un rato estando en aquella húmeda cueva, los aviones pasaron y pudimos. Por suerte, nuestra humilde casa, su huerto de verduras y sus alrededores no habían sufrido daños. Por supuesto, nuestra hija, con una sonrisa en su rostro al vernos, estaba sana y salva. Los siguientes años estuvieron pasados por bombardeos, pero estando todos en la cueva sanos y salvos.